"Cuando mi sufrimiento se incrementó, pronto me dí cuenta de que había dos maneras con las que podía responder a la situación: reaccionar con amargura o transformar el sufrimiento en una fuerza creativa. Elegí esta última."
MARTIN LUTHER KING
En esta época estamos obligados a ser felices, ya que todo nuestro entorno se transforma creando la ilusión de que podemos alcanzar la felicidad, al menos por unos días, rodeándonos de un ambiente navideño que nos invita a ser mejores personas. El espíritu navideño se expande y nos invade creando la sensación de que un mundo mejor, más generoso y altruista es posible.
Es un tiempo que percibimos como maravilloso, en el que todo te induce a ser feliz. Sin embargo, yo siempre la he percibido como algo odioso porque me veo forzada a entrar en una dinámica de "falsa felicidad". No es que no me guste el espíritu navideño, lo que no me gusta es que se me imponga. De repente todo el mundo se siente generoso, ilusionado, feliz. Vale muy bien, pero, ¿y el resto del año?, ¿qué hacemos con nuestras vidas cuando todo este espejismo se desvanece? Volver a una realidad rutinaria y sin color es duro, triste y, sobre todo, deprimente.
Pero no quiero hablar de depresión, sino de esa necesidad constante de búsqueda de la felicidad que sentimos como seres humanos.¿Qué es la felicidad? ¿qué necesitamos para ser felices? ¿nada? ¿algo? ¿todo?
Dar una definición general de felicidad me resulta complicado. Probablemente, cada uno de nosotros tengamos nuestra propia definición de felicidad y ésta variará en función del tipo de persona que seamos. Por ello, considero que es importante preguntarnos a nosotros mismos qué nos hace felices. La máxima de Sócrates "Conócete a ti mismo" sigue siendo fundamental y está vigente en nuestros días. El autoconocimiento nos puede ayudar a encontrar la ansiada felicidad: ¿Qué quiero en la vida?, ¿qué necesito para ser feliz?, ¿salud, dinero, amor, trabajo, familia, relaciones, éxito profesional ...?
¿QUÉ?
¿QUÉ?
¿QUÉ?
¿QUÉ?
Hay muchos libros que versan sobre la felicidad y que, sin duda, nos pueden ayudar a encontrar la respuesta. Entre ellos hay dos que a mí me gustan especialmente: El laberinto de la felicidad de Álex Rovira y Francesc Miralles y En defensa de la felicidad de Matthieu Ricard, por cierto este último considerado como el hombre más feliz de la Tierra.
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